Estos dispositivos que ayudan a los usuarios a conectarse a Internet se encuentran en la lista de objetivos de los ciberdelincuentes. ¿Sabes cómo evitar un ataque?
Teniendo en cuenta los riegos que se ciernen sobre los internautas, una compañía de seguridad ha publicado una serie de recomendaciones que permiten mantenerse a salvo de este tipo de maniobras malintencionadas.
* Contraseña: sustituye la que se incluye por defecto por otra fuerte. Cuando estrenamos un dispositivo e intentamos conectarnos por primera vez con su ayuda, se requiere la introducción de una contraseña. Al menos así sucede en las conexiones privadas y protegidas. También ocurrirá en sucesivas ocasiones, si no se ha autorizado al PC o terminal que se esté empleando para acceder a Internet a recordarla más adelante. Esta contraseña constituye una primera barrera para volver la red más segura, pero eso no significa que sea intocable. De hecho, lo recomendable sería deshacerse de la clave con la que se ha configurado por defecto el router o módem, reemplazándola por otra contraseña inventada por su dueño.
* Páginas web: no reveles tu clave ni descuides el protocolo HTTPS. Una vez que se pone a funcionar una contraseña nueva y que el usuario se compromete a ir renovándola con el paso del tiempo, es igual de relevante cuidar qué se hace con ella. Cada vez que se comparte esta serie de caracteres con alguien, se pierde control. Y es que nunca se sabe en manos de quién puede caer. En este sentido, no proporciones la contraseña de tu router o de tu módem a ninguna página web, por mucho que ésta te la pida. No la necesita. Detrás se agazapa un ataque de ciberdelincuencia dispuesto a causarte más de un quebradero de cabeza, así que cancela la solicitud. .
* DNS y puertos: recuerda que también son susceptibles de cambio. Las contraseñas de tu router y de tu módem no son lo único que puedes alterar para blindar tu conexión. Los DNS del ISP (o proveedor de servicios de Internet) y los puertos que aparecen como predeterminados también están ahí para cambiarse. Redireccionar a un usuario a webs maliciosas es posible con los servidores DNS de por medio, aunque éstos sean los que ha proporcionado el proveedor con el que se ha firmado un contrato de conexión. Se puede luchar contra este tipo de estrategias de ciberdelincuencia modificando la configuración DNS, empezando a utilizar Google DNS (8.8.8.8) u OpenDNS (208.67.222.222), por ejemplo, a los que califica de más fiables. ¿Cómo se hace? Bien yendo a las opciones del router/módem, bien desde las propiedades del dispositivo personal de acceso. La defensa se completará diciéndole adiós a otra configuración estándar, la de los puertos 192.168.0.1, 192.168.1.1 y 192.168.1.100, tras elegir otros distintos.
* Desactiva aquellos servicios que no te hacen falta. Del mismo modo que se pueden cambiar por otras las opciones de configuración de los equipos que ya vienen predeterminadas, no hay por qué mantener activo todo aquello que se encuentra disponible. Si no utilizas ciertas funciones o tecnologías, como el acceso remoto a servicios, ¿para qué dejar la puerta abierta? ¿Por qué dejarse guiar por el lema del “por si acaso”? En cuestión de seguridad más vale que prevengas, ya que por un exceso de alternativas podrían acabar colándose los ciberdelincuentes. No hay que permitir que los paneles de administración, para gestión remota, queden descubiertos a través de la web.
* Usa una solución antimalware. En las sugerencias sobre seguridad informática, hay una que nunca falla. Da igual que se hable de defender un ordenador Windows, los también penetrables Mac o un teléfono, ahora que muchos usuarios son conscientes de la popularización de los dispositivos móviles y el incremento paralelo de las amenazas para sistemas operativos como Android. O que se intente salvaguardar el correcto funcionamiento de un router o de un módem. El consejo que se repite, una y otra vez, anima a los internautas a instalar soluciones especializadas en actuar contra el malware.
* Adquiere un dispositivo nuevo. Después de aplicar todas las anteriores medidas de protección, todavía queda una alternativa que probar para mantenerse a salvo de las campañas de ciberdelincuencia en Internet. Es algo más extrema que el resto, pero debería ser la definitiva. Si se sufren problemas de seguridad tras haber modificado la contraseña que venía predefinida en router y módem, tras cuidarse mucho de no revelar información sensible en páginas web que no recurren al protocolo HTTPS, tras modificar los DNS, tras introducir cambios también en los puertos, tras proceder al cifrado del dispositivo, tras actualizar el firmware, tras deshabilitar todos aquellos servicios que nunca se usan y tras instalar una solución antimalware, busca otro hardware. La solución a las anomalías que se padecen será solicitar un cambio de dispositivo al proveedor que se haya facilitado. En caso de no tratarse de un aparato de alquiler, si no que de uno comprado por tu cuenta ya sin garantía, tendrás que adquirir un nuevo modelo.