Desde nuestro blog “Conéctate” os hemos comentado en varias ocasiones las ventajas que la gestión desde la Nube puede aportar a la empresa (si necesitas ponerte al día en este sentido, échale un vistazo a esta entrada “5 razones para gestionar tu empresa desde la Nube”). Pero hoy queremos hablaros de su aplicación más práctica y una de las más difundidas en el mundo empresarial: el almacenamiento en la Nube. ¿Qué beneficios puede ofrecerle a una empresa el alojar sus datos en la Nube? Pues muchos y muy atractivos: mayor accesibilidad y movilidad, una mayor protección ante posibles hackeos de información, ahorro de costes al no tener que disponer de espacio físico ni dispositivos para almacenar los datos… Suena bien, ¿verdad? Sin embargo, si verdaderamente queremos que nuestra empresa aproveche al máximo todas las ventajas que ofrece el almacenamiento en la Nube, antes tendremos que hacer los deberes…
Almacenamiento en la Nube: genial, pero antes…
Cómo decíamos no merece la pena invertir en un sistema de almacenamiento en la Nube si nuestra empresa no está preparada para sacarle partido, y esto quiere decir que antes de pasar nuestros datos a la Nube, tenemos que trabajarlos bien a través de las siguientes fases:
1. Conoce tus datos
Según un reciente estudio de la compañía Veritas Technologies, el 52% de los datos que maneja una empresa son “Dark Data”, es decir, ni están clasificados, ni se sabe exactamente que son. Pero lo que está claro es que tenerlos almacenados está consumiendo recursos. Si te estás planteando que el almacenamiento en la Nube puede ser una buena solución para tu empresa, antes tendrás que conocer muy bien qué datos tienes y clasificarlos según su naturaleza, valor y antigüedad. Una vez lo hayas hecho, serás capaz de discernir qué datos son operativos y por tanto susceptibles de ser trasladados a la Nube. De esta manera no sólo tendrás una organización más eficiente, sino que pagarás sólo por el almacenamiento en la Nube que realmente necesites.
2. Ubica tus datos
Una vez que conoces la naturaleza de tus datos, el siguiente paso es saber dónde están. Parece una cuestión obvia, pero hay miles de empresas que tienen su información desparramada en diferentes servidores, o distribuida entre varias sedes. Este caos sale caro, porque en el caso de que opten por un almacenamiento en la Nube, seguro que terminarán teniendo datos duplicados en ambos sitios. Y esto no es sólo un despilfarro de recursos, sino que además con el nuevo Reglamento General de Protección de datos (RGPD), también puede ser motivo de sanción.
3. Controla quien accede a tus datos
Una cuestión fundamental, ya que los datos de una empresa son su patrimonio más preciado y también el más codiciado por los hackers, como lo demuestra el aumento de casos de “ransonware” que se han producido este año (si te has despistado con el término ransonware, te recomendamos que te pongas al día con este artículo “el ciber-chantaje se llama ransonware”). Algunas veces este tipo de “secuestros de información” se realizan desde dentro de la propia empresa, por lo que aunque recomendamos calma y no volverse paranoico en este sentido, si que convendría que se controlará el acceso a los datos de empresa. Para ello nada mejor que establecer un protocolo de trabajo en que esté claramente determinado qué empleados tienen acceso a determinada información y en qué momento. Una vez definido, simplemente tendrás que replicar esta estructura de trabajo en la Nube. De esta manera te asegurarás un control efectivo sobre la información de la empresa.
Y hasta aquí nuestra lista de deberes. Si tienes claro cuáles son tus datos, dónde están y quien debe manejarlos, entonces tu empresa está lista para disfrutar de todas la ventajas del almacenamiento en la Nube. Sin embargo, si todavía tienes alguna pregunta, no lo dudes y contáctanos en nuestro mail. En Labelgrup acudiremos raudos y veloces en tu ayuda.